“La fe mueve a la gente”
- María del PIlar Carrera
- 18 abr 2017
- 5 Min. de lectura
Muchos jóvenes de todo el mundo, deciden sacrificar la semana santa para irse de misiones con los Legionarios de Cristo a predicar el amor de Dios a la gente que más lo necesita. Eh tenido la oportunidad de asistir a las misiones con los legionarios de Cristo y han sido una de las experiencias más enriquecedoras y que te llenan del amor de Dios, a través de otras personas.
Decidí vivir la Semana Santa de otra forma, pero no con menos devoción. Fuimos a la iglesia que he ido desde pequeña, la iglesia de San Felipe de Jesús en el municipio de Naucalpan, Estado de México. Descubrí que cada año Monseñor Pedro Marmolejo junto con el equipo colaborativo de la parroquia, realiza algo distinto en el templo para que los fieles vivan estos días en oración cercanos a Jesús en los momentos más difíciles que vivió.
El jueves santo, a las 5 de la tarde se llevó a cabo la misa de la institución de la eucaristía, como dice Mateo 26,26, «mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: "Tomad, comed, éste es mi cuerpo"», en la cual todos iban vestidos de blanco y con fe del acto que se iba a presenciar. El altar estaba decorado con lo más esencial, unas espigas con rosas amarillas, una cruz y algunas canastas con pan y uvas. Se realizó el lavatorio de pies como dice la tradición de la iglesia que hizo Jesús esa noche antes de que empezara su calvario. Monseñor decidió escoger entre los presentes a niños y adultos representando a los discípulos de Jesús. Esto tiene como significado el que debemos ser humildes y serviciales con nuestros semejantes como lo enseño Jesús.
Jesús instauró el sacramento de la eucaristía convirtiendo el pan en su cuerpo y el vino en su sangre. También instauró el sacerdocio como un sacramento.
Para concluir esa tarde noche, y siendo uno de los momentos más emotivos, fue la procesión que realizó el padre con el santísimo, que paso por cada uno de los recuadros de la iglesia y se pudo recibir una bendición; al final de este recorrido fue expuesto en el altar lleno de velas que los fieles compraban, añadiendo una petición. Se apagaron las luces del templo y la luz de las velas iluminó el altar que termino con un rosario y acompañando a Jesús en su momento en Getsemaní hasta las 12 de la noche.
El viernes santo, por la mañana se realizó un viacrucis. El viacrucis es el recorrido que se realiza por las catorce estaciones que nos dicen sobre la pasión de Cristo. Se recuerdan varios de los momentos más fuertes, desde la entrega por parte de Judas hasta la resurrección; rezando el Padre Nuestro, el Ave María y la Gloria. Se llevó a cabo por algunos de los circuitos de la zona de Ciudad Satélite para el cual la vestimenta fue de color de rojo, porque significa que somos capaces de dar testimonio de nuestra fe aún hasta derramar la sangre en el martirio. Por la tarde se realizó una celebración de la Pasión del Señor, en el cual se tuvo un momento solemne por parte de los dos párrocos de la iglesia de San Felipe de Jesús. La postración del sacerdote ante Jesús como un acto de sumisión, abandono y fidelidad total y eterna al redentor; misma que se realiza en la ceremonia de ordenación de cada sacerdote.
Alrededor de las 8 de la noche, nos reunimos todos los fieles en el templo para presenciar el acto de respeto hacia la muerte de Jesucristo. Monseñor Pedro junto con varios colaboradores, realizaron el acto de bajar al cristo de la cruz después de su muerte y lo pusieron en el altar, como lo hizo José de Arimetea para llevarlo al sepulcro, varias mujeres de la comunidad vestidas de negro pasaron a representar la preparación del cuerpo de Jesús, para ser llevado al sepulcro, mientras Monseñor nos explicaba que el cuerpo es algo muy valioso y que hasta el último minuto se le debe dar su cuidado y su respeto. Hubo un silencio absoluto en la iglesia; de ahí se realizó una procesión del silencio, el acto fue muy emotivo, ya que se observaban desde niños, jóvenes, adultos y adultos mayores acompañando a la Virgen en su dolor por la pérdida de su hijo.
El recorrido de la procesión del silencio abarco 3.5 km, comenzó desde la salida de la parroquia, pasando por algunos de los circuitos de Ciudad Satélite y por una de las zonas más conocidas, La Zona Azul. Todos con veladoras, enfrente la Virgen cargada por mujeres de la comunidad y junto con el padre que llevaba la Procesión hasta llegar de nuevo a la iglesia. Fue uno de los momentos más emotivos y me dijeron una frase que es muy cierta “La fe mueve a la gente” y la unión de la comunidad parroquial fue tan notoria, que el respeto, la fe y el amor unen.
Para el sábado de gloria, un día de reflexión y silencio, para la preparación de la Vigilia pascual. Se realizó a las 8 de la noche, el acto de encender el fuego nuevo para comenzar con la Pascua de Resurrección. La comunidad salió al estacionamiento de la parroquia para ver cómo se prendía el nuevo cirio pascual; monseñor nos va explicando en que consiste cada uno de los elementos. En el cirio se agregan 5 gramos de incienso que significan las 5 llagas de Jesucristo, la cruz que conduce al padre, la primera y última letra del alfabeto griego que son alfa y omega que significan el principio y fin y el fuego que representa la destrucción del pecado.
Se comienza a llenar la iglesia y todos con los cirios pascuales prendidos, se cantó uno de los himnos más bellos, el pregón. Este es uno de los poemas más antiguos que proclaman a Jesús como el fuego nuevo y ha vencido a la muerte, cantado por los padres y la comunidad. Después de haber escuchado las 7 lecturas de esa misa, el momento que todos esperamos es el de la resurrección de Jesús. Para este año, realizaron una escenografía en representación del santo sepulcro que se abrió y salió un joven que representaba a Jesús mientras todos con banderas de color blanco y amarillo se agitaban, se aventaron confeti y todos alabando a Jesús resucitado; para después seguir con la misa y al termino el padre quiso compartir con todos un momento donde se dieron tamales y atole de pinole.
Estos tres días de reflexión sobre el suceso más importante para la iglesia católica, te pone a pensar cómo la fe es uno de los movimientos que te hace crecer de forma espiritual y encontrarte con uno mismo. Que la fe puede mover a un grupo de personas que tienen ese mismo amor por alguien que murió en la cruz por ti.
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